Excursión a la Dehesa de Peñalba

Excursiones y Senderismo

DEHESA DE PEÑALBA DE LA SIERRA

La excursión a la dehesa de Peñalba de la Sierra es tan sencilla como bajar por la prolongación de la calle principal de Peñalba hasta la orilla del Cañamar, y luego remontar su curso por la margen contraria hasta alcanzar en cinco minutos la confluencia de un regajo habitualmente seco. 

Subiendo por esta rambla -y eligiendo, en la primera bifurcación que presenta ésta, el cauce de la derecha-, vemos magnos robles, álamos temblones, una espesa acebeda… y, sorpresa, varios rodales de hayas, reliquias del gran hayedo que -según dicen- se extendía antaño desde la dehesa hasta los actuales de Tejera Negra y La Pedrosa.

Como a una hora del inicio, llegaremos al límite superior de la dehesa y, aprovechando que el arbolado ralea, gozaremos de un aéreo panorama del valle que hiende el Cañamar, desde su nacedero en el Rocín (2.048 metros) hasta que se pierde poco más abajo de Peñalba en el abrupto Jaramilla, tributario a su vez del Jarama. 

El regreso, siguiendo la ruinosa cerca de la dehesa hacia la izquierda, por terreno aún más despejado, nos permitirá disfrutar de todos los colores de este viejo bosque: el sangre de las hayas, el oro de los robles, el gualdo de los alamillos y el verde de los acebos, que, como  Peñalba, es inmutable.

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